Cuando este software malicioso consigue infectar nuestro equipo significa que el ciberdelincuente tendrá la capacidad de bloquear nuestro ordenador desde una ubicación remota y, a partir de ahí, vía libre para encriptar nuestros archivos haciéndose con el control de toda la información y datos almacenados. Llegados a este punto el virus nos pide, a través de una ventana emergente, el pago de un rescate para poder recuperar nuestros datos.
Pues bien, parece ser que el pasado marzo ha sido el mes en el que este tipo de ataques han estado más activos, como consecuencia de la propagación de múltiples variantes lanzadas en diversas oleadas. Según los servicios de telemetría de ESET, las cifras de las tasas de detección del ransomware han alcanzado en marzo sus mayores cuotas en mucho tiempo. En temas de malware podría decirse por tanto que, sin duda, “marzo es el mes más cruel”.
Los países donde se han detectado las mayores tasas de esta peligrosa amenaza han sido España, Reino Unido, Irlanda Japón o Nueva Zelanda.
Entre las distintas variantes de ransomware lanzadas por los ciberdelincuentes ha vuelto a aparecer TeslaCrypt, en una de las técnicas que tuvo mayor “éxito”: suplantando el email del servicio postal español (Correos). En esta ocasión, para dirigirse a cada usuario han utilizado credenciales únicas las cuales debían ser utilizadas para el pago del rescate.
En marzo también volvió con fuerza la variante CTB-Locker, a través de la cual los delincuentes pueden cifrar archivos de servidores web y atacar así los sites alojados en ellos.
Aunque sin duda, han sido Locky y TeslaCrypt los tipos de ransomware que más se han extendido a nivel mundial. Su puerta de entrada a nuestros ordenadores es el correo electrónico, que con distintos asuntos en nuestra bandeja de entrada tratan de engañarnos para lograr que ejecutemos algún fichero infectado. En otras ocasiones también, este tipo de ransomware se cuela por medio de publicidad alojada en webs populares ( lo que ha sucedido recientemente en Estados Unidos). Se trata de anuncios que redirigen a dominios, que anteriormente pertenecían a proveedores de publicidad online legítimos y que ahora han sido comprados por los delincuentes.
Por otro lado también hay un cierto tipo de ransomware que presenta características diferentes al resto. Entre ellos destaca Petya, capaz de cifrar una parte del sector de arranque del disco, logrando que el sistema y los ficheros almacenados queden inaccesibles para su propietario a no ser que pague el correspondiente rescate para poder recuperarlos.
En cuanto a los sistemas operativos afectados, no solo nos encontramos con Windows también con dispositivos Android además de algún servidor Linux, y en el mes de marzo también se ha detectado un nuevo ransomware llamado KeRanger cuyo objetivo ha sido Mac OS. Con KeRanger se logró infectar una aplicación para descargar ficheros de manera rápida por BitTorrent (Transmission) que estuvo al alcance de los usuarios en la web oficial. Quienes se descargaran la aplicación estarían dejando entrar a su ordenador a un software malicioso que comenzaría a cifrar archivos. Eso sí, tendría el detalle de dejarnos, en cada carpeta con archivos cifrados, un fichero de texto donde estarían las instrucciones para pagar el rescate por nuestra información.
“Que las infecciones por ransomware hayan llegado a estos niveles tan preocupantes demuestra que detrás de estas campañas se encuentran bandas de cibercriminales que están haciendo su agosto”, comenta Josep Albors, director del laboratorio de ESET España. Habrá que estar muy atentos, entonces, para impedir que el ransomware se cuele en nuestros ordenadores.
Fuente: http://www.pcworld.es/
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