El avance tecnologico enfocado en los smartphones ha conllevado una bestial miniaturización de los componentes electrónicos en los últimos años. Para adaptarse a los móviles, muchos componentes como los sensores de las cámaras fotográficas han ido estrechándose hasta convertirse en minúsculos que entren en modelos cada vez más ligeros y estilizados. Esta vertiginosa miniaturizacion también la han experimentado los ordenadores y los procesadores han ido menguando su tamaño y mejorando su potencia y capacidad de proceso.
La era de la tecnología «wearable» es una revolución muy nueva aun, plantea nuevos retos en el diseño más allá de meter estas piezas en un reloj inteligente o unas gafas de realidad aumentada. Pulseras, camisetas o, incluso, pelucas incorporarán sensores que escruten decenas de datos de del cuerpo humano. Para adaptar la informática a este nuevo escenario ha nacido Curie, un chip de un tamaño minúsculo que permitirá crear a cualquiera «weareables» como anillos, bolsos o colgantes.
El nuevo procesador ha sido presentado por Intel en el CES de Las Vegas.
El nuevo módulo incluye una nueva versión del chip Quark, bluetooth de bajo consumo, un sistema de recarga de batería, así como un conjunto de sensores, entre los que se incluye un acelerómetro o un giroscopio de seis ejes y funciona con Viper, una solución de código abierto. Brian Krzanich, consejero delegado de la compañía fue el encargado de mostrarlo en la presentación acopado y escondido tras un botón.
“Curie” que es el nombre con el que han bautizado a este minúsculo procesador con un chip Quay, sistema de recarga, bluetooth y varios sensores como giroscopio y acelerómetro
Podría estar listo y comercializado, según recogen varios medios especializados, a finales de 2015.
El pulso de Qualcomm
Pero Intel no está solo en esta aventura, ellos son los protagonistas en lo que se refiere a los ordenadores de sobrmesa y portátiles pero los móviles, especialmente en las gamas altas, es un terreno gobernado principalmente por Qualcomm, que no quiere llegar tarde a esta revolución y busca repetir el éxito que ha logrado en los años recientes.
El presidente Derek Aberle lo definio como un «objetivo dulce» para su empresa pero reconoce que todavía queda tiempo de experimentación por delante hasta encontrar el foco definitivo. El directivo, en su conferencia celebrada en Las Vegas, sostuvo que los retos a superar son los mismos que en su momento enfrentó el teléfono móvil: el tamaño, la conectividad y la eficiencia energética.
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